La pretensión de los efectores de salud (médicos, clínicas y centros de análisis de laboratorio) de cobrar a los afiliados de las prepagas un “bono”, “coseguro” o “copagos” (como le llamen) no es más que tratar de resolver un problema de ellos con las prepagas (financiadores del sistema) transfiriéndolo a los usuarios. Desde hace muchos años que las prepagas aumentan exageradamente las cuotas y cierran el grifo a sus prestadores, quedándose con la tajada del león.
La ley de prepagas previó esta situación, ocupándose no sólo de la relación del usuario con las prepagas, sino también de lo que pasa dentro del sistema de salud, y su art. 18 dice “Aranceles.
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