“Porque
también tenemos que aprender que aquella Argentina en la cual solamente
estaba el trabajador, el empresario y el Estado, hoy tiene una nueva
categoría de ciudadanos que también son al mismo tiempo trabajadores, son al
mismo tiempo productores, son al mismo tiempo empresarios y son usuarios y
consumidores.”
Fragmento del discurso pronunciado por la Dra.
Cristina Fernández de Kirchner en la apertura del 130 período de sesiones del
Honorable Congreso de la Nación.
|
Algunas reflexiones alrededor de la temática del encuentro
celebrado en conmemoración del “Día Internacional del Consumidor” (15 de Marzo
de 2012) organizada por la Senadora Beatriz Rojkes de Alperovich, Presidenta
Provisional del Senado y la Lic. Pimpi Colombo, Subsecretaria de Defensa del
Consumidor.
Los consumidores votamos todos los días.
Detrás
de cada compra hay un voto. Votamos favorablemente por el conjunto de empresas
que te hacen llegar a tus manos el producto que uno compra. En este sistema, al
que algunos califican de premios y castigos, premiamos a algunos con nuestras
compras y castigamos a otras con nuestra abstención de compra.
De
esta forma, podemos premiar a una empresa nacional o extranjera; a una pyme o
una multinacional; a quienes respetan las leyes laborales o a quienes sostienen
el trabajo en negro o el trabajo esclavo.
Pero,
¿Qué incidencia pueden tener nuestras compras o nuestra abstención? Esta es una
pregunta que nos hacemos los consumidores y merece que ensayemos una respuesta.
El poder que no ejercemos
Debemos reflexionar que todos
nosotros -los consumidores y usuarios- tenemos un poder muy importante, pero no
lo utilizamos eficientemente. Fundamentalmente, porque este poder está
fraccionado, fragmentado, atomizado, y el ejercicio de acciones conjuntas por
el colectivo de consumidores y usuarios es de muy difícil coordinación. Por
supuesto, estamos hablando del poder de compra. Este poder cobra mayor
importancia en la medida en que la misma conducta se repite por miles. Los
empresarios conocen bien nuestro poder de compra y quieren que lo ejerzamos a
favor de los productos que ellos nos ofrecen. Volviendo a idea inicial, siempre
quieren que los votemos.
Nosotros sostenemos categóricamente que –si lográramos los
consumidores actuar coordinadamente- la elección de algunos productos o de
algunos servicios frente a otros, tendrían significativa importancia; y la
importancia es mayor cuando mayor sea la coordinación y repetición de la misma acción.
Consumo Social y Económicamente
Sustentable.
Pensando
en la incidencia que puede tener nuestro consumo en el sistema, es que hablamos
de consumo sustentable. Cuando hablamos de consumo sustentable; lo primero en
que se piensa, es en consumo medio ambientalmente sustentable. Pero el concepto
de sustentabilidad es mucho más amplio.
Hablamos
de consumo social y económicamente sustentable cuando con nuestros consumos apoyamos
un sistema socio-económico que permitan a las futuras generaciones seguir
consumiendo en similares o mayores niveles. Y no estamos hablando únicamente de
consumos que puedan entenderse como superfluos o prescindibles. Estamos
hablando del agua, de la energía, de alimentos, de todos aquellos que son
básicos para nuestra vida.
Entonces
corresponde a todos los consumidores apoyar con nuestras compras, votar como
decíamos al comienzo, ejercer nuestro poder de compra a favor de aquellos
productos o servicios que sustentan económicamente acciones tendientes a
desarrollar una sociedad más justa y equitativa.
En
este sentido, merece el apoyo de los consumidores con nuestras compras de
bienes y servicios, las tres líneas básicas de este modelo: Incrementar el consumo
interno, incrementar el trabajo e incrementar la producción nacional.
Por
ello, deberíamos consumir aquellos
productos de origen nacional frente a los de origen extranjero (hablamos
siempre de productos de similares características, calidades y precios). Me
pregunto -por mencionar sólo un ejemplo- ¿Cuál es la razón por la que
deberíamos comprar duraznos al natural griegos, frente a la existencia de
productos nacionales de igual calidad y precio? Claramente la compra de un
producto nacional sostiene el ingreso económico de determinados sectores
sociales.
También
sería interesante que los consumidores pudiéramos distinguir aquellos productos y servicios que tienen un alto
contenido de mano de obra en su estructura de costos, de forma de
privilegiarlos. Por supuesto, que podamos distinguir también aquellos
compuestos por trabajo en blanco, rechazando aquellos que tienen componentes de
trabajo en negro o trabajo esclavo.
Siguiendo
con esta línea de pensamiento, deberíamos privilegiar en nuestras adquisiciones
los bienes y servicios que cuidan y fortalecen nuestro mercado interno, y que tiendan
a la existencia de mercados los más desconcentrados posibles.
No es sólo mirar la relación individual
de consumo.
Estos
temas, son los que debemos debatir los usuarios y consumidores. Debatir para salir
del brete en que nos pone mirar únicamente la relación individual de consumo
que presenta conflictividad. Y a través del debate y la reflexión, podremos
encontrar que -nuestro poder de compra- creará instancias de apoyo a políticas
públicas favorables a una sociedad que crece construyendo equidad.
Dr.
Claudio Daniel Boada.
Unión
de Usuarios y Consumidores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario