En forma personal y desde la "Unión de Usuarios y Consumidores" hemos adherido a la presente declaración:
Desde la Convocatoria Económica y Social por la Argentina
llamamos a resistir con firmeza el obstinado avance de los fondos buitres y,
como Nación Soberana, sostener la determinación de que ninguna deuda es más
importante que la deuda con el pueblo.
Nos comprometemos firmemente a no dejarnos torcer el brazo y
apoyamos la decisión de velar por el futuro de nuestros hijos y
nietos. Debemos plantarnos fuertemente y defender los logros
alcanzados en los últimos años en materia de renegociación de deuda, los
que fueron conseguidos democráticamente por todos los actores de la sociedad.
El resultado fue un proceso de profundos y radicales cambios económicos,
políticos, sociales y culturales que pusieron los derechos de todos los
ciudadanos por sobre cualquier especulación económica.
No permitiremos que los especuladores, de afuera y de adentro,
se lleven por delante nuestra soberanía y nuestra independencia política,
económica y jurídica, ni que el Poder Judicial de otros países nos imponga
fallos a medida de sus intereses.
La Argentina honra y cumple el pago de sus deudas, y lo seguirá
haciendo. Lo hemos demostrado negociando en todo momento y acordando con la
mayoría de nuestros acreedores. La Argentina pagó el servicio de su deuda y el
juez Griesa está haciendo una retención indebida de esos pagos. Un juez que
ilegítimamente afecta a la Argentina y a terceras partes, como a los
tenedores internacionales de bonos que aceptaron el canje. Un juez que se
extralimita actuando fuera de su propia jurisdicción.
No se puede ni se debe negociar con los fondos buitres en estas
condiciones porque de hacerlo se activarían cláusulas que generarían
potenciales reclamos por miles de millones de dólares por parte del 93 por
ciento que aceptó de buena fe el canje en 2005 y 2010.
Porque negociar de verdad no significa imponer voluntades ni
extorsionar, sino llegar a acuerdos de mutua conveniencia para las partes en
conflicto. Los buitres de afuera y de adentro quieren crear la sensación que si
Argentina no arregla el 30 de julio sobrevendrán las calamidades. Nos quieren
apurar para que cerremos cualquier acuerdo.
Calamidades que si sucederían si se activa la cláusula RUFO o si
se dan mejores términos a los buitres que a quienes de buena fe aceptaron la
restructuración de la deuda.
Si el juez quiere mantener un mínimo de la ecuanimidad, que
hasta el momento no ha mostrado jugando vergonzamente para los fondos buitres,
debería permitir que se liberen los pagos que nuestro país efectuó y dar tiempo
a una solución consensuada que no afecte a las partes.
La Argentina está preparada para discutir el tiempo que sea
necesario. No es lo mismo un default de Griesa, severamente cuestionado en el
plano internacional y aún por los medios internacionales del propio
“establishment” como el Financial Times y The New York Times, insospechados de
simpatía por nuestro país, que un default argentino. Esto no es un default
porque no lo es en el plano jurídico y porque Argentina cuenta con los recursos
para afrontar los compromisos.
La situación dista diametralmente de otros momentos de nuestra
historia cuando se suspendía el pago de la deuda ante las crisis que el modelo
neoliberal de endeudamiento y ajuste producía hasta 2003. Por el contrario,
priorizar el crecimiento con equidad y subordinar el pago de la deuda a las
reales posibilidades de pago nos permitió desendeudarnos y saldar el peor
default el social de 2001.
La Convocatoria Económica y Social por la Argentina reitera el
compromiso de resistir el embate de este esquema financiero obsoleto que niega
a los pueblos la inclusión y el desarrollo. Y sabemos por experiencia que la
única vía para lograr estas dos cosas es el trabajo y la producción.
Los argentinos no vamos a hipotecar nuevamente nuestro futuro
ante el avance de los grupos concentrados de poder vengan de donde vengan.
Resistiremos de pie y unidos. Es fundamental la unidad del pueblo en una causa
nacional, que exige relegar legítimas diferencias políticas ante el serio
ataque que sufre la Nación.
Es imprescindible negociar con dignidad, con inteligencia y sin
miedo como se está haciendo. Así como el pueblo se unió y valoró el espíritu
solidario que se produjo en el mundial de futbol. Es necesaria esa unidad y
solidaridad cuando está en juego la Patria. Nos asiste la razón y la justicia.
La Argentina unida saldrá adelante.
Todos juntos unidos y movilizados defendamos nuestra Soberanía
Nacional.
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