Crédito para el Soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.
PÁGINA 12 – MIÉRCOLES 17 DE JULIO DE 2013
EL GOBIERNO DE BRASIL APROBO UN PRESTAMO A LA ARGENTINA
PARA EL SOTERRAMIENTO DEL SARMIENTO
Mil quinientos millones para empezar a cavar
El Consejo de Ministros del
país vecino autorizó al Bndes, su banco de fomento, a conceder un crédito
millonario a la Argentina para realizar una de las obras ferroviarias más
importantes y más demoradas de la historia. Los desembolsos empezarán de tres a
seis meses.
El Consejo de Ministros del gobierno
de Brasil aprobó ayer por la tarde el otorgamiento de un crédito de 1500
millones de dólares a la Argentina para el soterramiento del ferrocarril
Sarmiento. El préstamo será canalizado a través del banco de inversión estatal
de ese país, el Bndes, y permitirá finalmente arrancar una obra que lleva cinco
años –bajo este Gobierno– y cinco décadas –de historia argentina– de
postergaciones y traspiés. Según pudo confirmar Página/12, la noticia llegó
desde el país vecino tras un encuentro del Camex, organismo político que
convalida cada uno de los créditos del Bndes. Allí está expresada la voluntad
de la administración de Dilma Rousseff. Para el gobierno argentino es una
decisión importante porque le permitirá avanzar con un proyecto clave en
materia ferroviaria, y también porque diluye las críticas de sectores de la
oposición y analistas mediáticos sobre supuestos desmanejos en la relación con
el socio del Mercosur.
Más
trascendente que todo eso es que el soterramiento contará con los recursos para
empezar. Los trámites para la formalización del crédito no son sencillos.
Demandan la redacción de pliegos y fiscalizaciones que demorarán de tres a seis
meses, aunque el gobierno argentino hará lo posible por apurar la gestión. Se
firmará un contrato de cooperación financiera entre el Bndes y las autoridades
locales, y recién ahí comenzarán los desembolsos. El crédito ofrece condiciones
ventajosas para el país, sobre todo considerando las restricciones para acceder
a financiamiento internacional en el mercado voluntario. Es un préstamo a diez
años, con una tasa del 4 por ciento anual y dos de gracia para iniciar el
repago.
Una de las
claves para obtener el financiamiento es que el Gobierno aceptó el año pasado
un cambio en la conducción del consorcio empresario contratado para la
realización de las obras. Pasó de manos de la argentina Iecsa a las de la
brasileña Odebrecht, de buena llegada al gobierno de Brasil. Las gestiones de
ese grupo ayudaron a conseguir el crédito. Los otros participantes son la
italiana Ghella y la española Comsa.
Los 1500
millones de dólares permitirán encarar la primera etapa del soterramiento,
desde Haedo hasta Caballito, con un plazo de ejecución de 36 meses. “Abarca
ocho estaciones, lo que traerá muchos beneficios por la eliminación de pasos
vehiculares, los pasos peatonales y la integración de la traza del espacio
urbano, muchas veces dividido por las vías”, describía el ministro de Interior
y Transporte, Florencio Randazzo, a comienzos de julio del año pasado, el día
en que se instaló la gigantesca tuneladora que hará la excavación. La máquina
es una TBM (Tunnel Boring Machine, por sus siglas en inglés) importada de
Alemania. Está montada en una trinchera de 120 metros de largo por 16 de ancho y
22 metros de profundidad, que se encuentra en terrenos aledaños a la estación
Haedo, en el partido de Morón, a la altura de la avenida Rivadavia al 16.400.
Nunca comenzó su marcha porque una vez que empieza no se puede detener por
cuestiones de costos.
Desde que se
instaló la tuneladora hasta el momento, las demoras estuvieron motivadas en la
falta de financiamiento. Se esperaba lo que finalmente ocurrió ayer: que el
gobierno brasileño destrabara el préstamo del Bndes. Mientras tanto, el
consorcio empresario Nuevo Sarmiento fue avanzando con obras de ingeniería
complementarias. Lo usual hubiera sido que con el 30 por ciento de esos
trabajos se hubiese iniciado el soterramiento, pero las postergaciones
permitieron completar hasta un 90 por ciento. Ya está terminado el obrador, se
hizo el estudio de impacto ambiental, la trinchera y el 80 por ciento de dos
viaductos en otros puntos de la traza final, que irá de Once a Moreno.
La tecnología
que se empleará consiste en un equipo mecánico que excava, mediante una cabeza
giratoria de corte, un túnel de sección circular y, a la vez que avanza,
reviste las paredes con anillos de hormigón armado, lo que elimina la
posibilidad de derrumbes. Hacia atrás se produce el retiro del material
excavado. Es similar a la que se aplicó para construir el túnel bajo el Canal
de la Mancha y, más cerca, los aliviadores del arroyo Maldonado.
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