LES COMPARTO UN ARTICULO PUBLICADO EN PÁGINA 12 DONDE PARTICIPO EN EL DEBATE DE DIVERSOS ENTREVISTADOS. ENTRE OTRAS CUESTIONES, ES UN PROBLEMA LA PROYECCIÓN DEL ABL PARA EL 2015.
EL AUMENTO DEL ABL ES SOLO UN PASO PARA LLEGAR AL UNO
POR CIENTO DEL VALOR DE LA VIVIENDA EN 2015
Legisladores de la oposición estudian alternativas
correctivas para el aumento que superó en algunos casos el quinientos por
ciento y hasta el mil en el caso de las bauleras. “Esto recién empieza”,
advierten.
15 de abril de 2012
Por Eduardo
Videla
Como
pocas veces, la gestión de Mauricio Macri está cosechando bronca transversal:
el aumento de la tasa de ABL genera rechazo desde los propietarios de las casas
más modestas de la ciudad hasta de las familias de mayor poder adquisitivo,
todos impactados por la escasa gradualidad del incremento. Paradojas del PRO,
mientras se dijo que el ajuste buscaba una mayor equidad tributaria, fueron los
sectores con viviendas de menor valor los que proporcionalmente sufrieron más
aumento: eran los que menos pagaban por tener propiedades con baja tasación,
pero ahora el mínimo se fue a 600 pesos anuales, con porcentajes de aumento que
superan el 500 por ciento. Se agregaron esta semana las facturas de bauleras y
cocheras, que pagan, aparte, un ABL mínimo de 200 pesos por espacios apenas
mayores a un locker. Desde la oposición ya estudian estrategias correctivas ya
que, vaticinan, éste es solo el principio: la ley prevé que, para 2015, cada
contribuyente pague el equivalente al uno por ciento del valor de su propiedad:
para una vivienda de 100 mil dólares, el impuesto podría llegar a representar
una carga de 1000 dólares anuales.
“Esto recién empieza”, advierte Aníbal Ibarra (Frente Progresista
Popular), quien recuerda que cuando el macrismo era oposición de su gobierno
“decía que había que bajar el ABL”. El diputado del interbloque kirchnerista
rechaza la fórmula aplicada para los cálculos del impuesto ya que “toma en
cuenta el valor de la tierra, el factor de ocupación y el valor inmobiliario en
un barrio donde conviven edificios modernísimos con viejas casas chorizo”.
Con estos números, el gobierno de Mauricio Macri piensa recaudar
este año casi mil millones de pesos más que en 2011, solo por el ajuste de ABL.
“Con el agravante de que ese dinero no será destinado ni a subsidiar el
transporte ni a la promoción social, vivienda e infraestructura educativa sino
al pago de contratistas de servicios”, advierte Fabio Basteiro (Buenos Aires
para Todos).
Pero según los cálculos que realizó el ex legislador y auditor
porteño Eduardo Epszteyn el incremento promedio será de un 120 por ciento, muy
por encima del 66 por ciento estimado por el Ministerio de Hacienda porteño.
Los números sembraron el desconcierto de los contribuyentes
porque, además de elevados, son difíciles de interpretar. Para colmo, no hay
demasiado tiempo para estudiar las boletas: los primeros vencimientos están
previstos para mañana. Para colmo, los que tienen una baulera en su edificio
recibieron una nueva sorpresa: de los 11 o 12 pesos anuales que pagaban por un
espacio de unos dos metros cúbicos, pasó a tener un piso de 200 pesos. “Una
tasa confiscatoria”, concluye Epszteyn.
Las asociaciones de consumidores no están dispuestas a resignarse
ante el impuestazo: el viernes, quince organizaciones se reunieron, junto con
centros de jubilados, asociaciones de inquilinos y asesores legislativos,
convocados por la diputada María José Lubertino. En ese encuentro hubo
coincidencias sobre la necesidad de corregir inequidades manifiestas: “El piso
de 600 pesos anuales que se impuso a las propiedades de menor valor genera que
la gente con viviendas más chicas sea la que tuvo aumentos porcentuales más
grandes, superiores al 500 por ciento”, dijo a este diario Claudio Boado, de la
Unión de Usuarios y Consumidores.
Para el diputado Edgardo Form (Nuevo Encuentro) estos casos
constituyen un ejemplo de que “los criterios de valuación inmobiliaria carecen
de equidad”.
Otro caso conflictivo es el de las viviendas de los distritos que
ya tuvieron un aumento importante en 2007-2008, con el primer impuestazo de
Telerman-Macri, mediante la aplicación de un cuestionado coeficiente por zonas
(en las comunas 2, 13 y 14). “El gobierno dijo que en esas viviendas ahora no
iba a haber aumentos o el impacto iba a ser menor, pero tenemos casos de
personas que en 2008 tuvieron subas de 800 a 2300 pesos anuales, y ahora se les
incrementó a 3200”, advierte Boado.
Diputados de la oposición estudian la manera de reformular los
cálculos que hoy llevan a aumentos desmedidos. Esos mecanismos forman parte de
la Ley Tarifaria y el Código Fiscal, aprobados junto con el Presupuesto con 50
votos, es decir, buena parte de la oposición. Los votos negativos en la
votación en particular no modificaron la norma que hoy se aplica.
Allí se establece una compleja fórmula para calcular el nuevo ABL.
El cálculo se realiza a partir de la denominada Valuación Fiscal Homogénea, un
valor que “refleja las características del suelo, su uso, las edificaciones y
otras estructuras, obras accesorias, instalaciones, ubicación geográfica,
disposición arquitectónica de los materiales utilizados, cercanía con centros
comerciales y de esparcimiento o con espacios verdes y vías de acceso”. Para el
cálculo, según la ley, “se considera una proporción del valor económico por
metro cuadrado del inmueble en el mercado comercial”, para lo cual se tiene en
cuenta la valuación del terreno según su ubicación, geográfica y zonificación
en el Código de Planeamiento Urbano, y del edificio. Establece la ley que, como
variables, se tiene en cuenta “la superficie del terreno, la superficie
cubierta y semicubierta, estado general y antigüedad”, entre otras.
Esta valuación, aclara, no podrá exceder el 20 por ciento del
valor de mercado de las propiedades. Esa cifra se multiplica por la denominada
Unidad de Sustentabilidad Contributiva, fijada en 4. Y sobre este resultado se
aplican las alícuotas: una del 0,5 por ciento por la tasa de servicios
(alumbrado, barrido, limpieza y mantenimiento y conservación de sumideros), y
otra de entre el 0,4 y el 0,7 por ciento por el Impuesto Inmobiliario, que
varía de acuerdo con las zonas de la ciudad.
Desde la AGIP aseguraron desde un principio que el monto total a
pagar nunca podrá superar el uno por ciento del valor real de mercado del
inmueble. Pero admiten que en realidad ese es el valor ideal a recaudar para
cada propiedad en 2015, cuando esté terminando el mandato del jefe de Gobierno.
“No vaya a ser que esos recursos se utilicen para financiar la campaña nacional
de Macri”, advierte Boado, de la Unión de Usuarios y Consumidores
La ley votada por la Legislatura no contempla otras excepciones
que la de los jubilados con haber mínimo. En total, suman 115.000 partidas. No
toma en cuenta los casos de personas desocupadas, madres solteras a cargo de
familias numerosas o jubilados y trabajadores con ingresos bajos que pueden
tener dificultades para afrontar los aumentos.
La desmesura del aumento fue tal que por un momento rompió el
blindaje con el que algunos medios protegen la administración de Macri. “Es de
esperar que el apetito recaudador ceda frente a lo que muchos vecinos porteños
perciben como una exacción injustificada y violenta”, manifestó en un editorial
el diario La Nación.
El aumento también afecta a quienes creyeron estar a salvo por
pagar todo el año adelantado: nadie congeló esta vez el precio y todos tendrán
que pagar retroactivo. Las cuotas ya pagadas también serán ajustadas.
Desde la oposición, reclaman que el gobierno “haga la valuación
casa por casa de las propiedades, como se comprometió en 2008”. Lubertino, Form
Ibarra y Basteiro, con sus respectivos bloques, estudian correcciones
legislativas para amortiguar el impacto, hacer más equitativo el impuesto y más
comprensible para el usuario la fórmula de cálculo. “Porque, como dijo don
Arturo Jauretche, cuando te explican una cosa dos veces y no la entendés, es
porque te están cagando.”
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