jueves, 11 de diciembre de 2008

LA REDUCCION DEL IVA ¿SERVIRIA A LOS CONSUMIDORES?

En estos días el Dr. Roberto Lavagna (ex Ministro de Economía) y posteriormente Alfonso Prat Gay y Adrián Pérez (de la Coalición Cívica) han manifestado que las medidas económicas propuestas por el Gobierno Nacional para luchar contra la crisis internacional en que estamos envueltos no son las adecuadas, argumentando que una medida sencilla y fácil sería reducir el IVA (bajar tres o dos puntos respectivamente) como medida tendiente a incentivar el consumo.

Prat Gay manifestó que “este es el momento para poner plata en el bolsillo de la gente, no para defender el superávit fiscal”

Llama la atención este tipo de manifestaciones porque todos los que pertenecemos al movimiento de consumidores sabemos muy claramente que los mercados son muy sensibles a las subas de los precios de producción o mayoristas, pero nunca son sensibles a las bajas de los mismos. (En estos casos siempre terminan afirmando que existían ciertos atrasos en los precios que limitan la baja de los mismos) Es más, en una anterior experiencia de reducción de la alícuota del IVA del 21 % al 18 % el ex Ministro de Economía descalificó la rebaja del IVA con el argumento de que no estaba garantizado que el sacrificio fiscal se traslade a precios. Y sabemos que es así.

¿Cuándo viste que porque baja la carne en el Mercado de Liniers baje en las carnicerías, hiper o supermercados? Y la baja del precio internacional del petróleo ¿provocó disminuciones del precio de la nafta en las estaciones de servicios?

No nos engañemos y no nos quieran engañar: Este tipo de planteos provocará que el precio siga igual (si no sube) y que parte de la renta impositiva del Estado pase a manos de uno de los eslabones de las cadenas productivas (generalmente el león de la cadena, el que la domina y se come al resto de los eslabones participantes)

No habrá más dinero en el bolsillo de los consumidores porque no encontraremos ningún precio más bajo por este motivo.

Una experiencia que ha mostrado –en cierta medida- eficacia es la devolución de parte del IVA a quienes compran con tarjetas de crédito y tarjetas de débito. En la actualidad sólo tiene vigencia la devolución de parte del IVA a compras realizadas con tarjetas de débito. La operatoria exigía que la compra se realizara en negocios que se encuentren regularmente inscriptos en todos los impuestos y a la vez devuelve parte del IVA a los consumidores con una acreditación directa en su cuenta.

Este sistema ha tenido muy pocas críticas de parte de los consumidores y las asociaciones representativas de los mismos; y en las asociaciones se han recibido muy pocos reclamos sobre errores en la liquidación de los reintegros. Pero debemos reconocer que no ha existido entre los consumidores la práctica de revisar los extractos bancarios (papel, últimos movimientos en cajeros o con el home banking) y posiblemente habría muchos más reclamos si se revisara (y también los involucrados deberían realizar acciones correctivas)

La disminución del IVA sólo llegará al bolsillo de los consumidores si se instrumenta por un procedimiento de devolución al usuario y no por una disminución de la alícuota que no se verá como una baja del producto en cuestión. Y si queremos beneficiar a las personas de menores recursos que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos, suprimamos para ellos el IVA generando sistemas de devolución directa de los importes cobrados por la incidencia del IVA a las tarjetas de débitos de los mismos.

(Se debe tener en cuenta que las tarjetas de débito están altamente extendidas y que en la actualidad son muchos los planes sociales que se abonan mediante acreditación en cuenta bancaria y entrega de una tarjeta de débito a los beneficiarios)

martes, 9 de diciembre de 2008

MACRI INSACIABLE. Sólo piensa en eso.

Sólo en eso. Más plata, más recaudación. ¿De dónde? De los bolsillos de la clase media y de los trabajadores. A las empresas, más beneficios, bonos para consolidar la deuda y garantizarles sus acreencias.
Macri sólo piensa en eso. Grindetti, su Ministro de Economía, ejecuta sus deseos.
Al igual que Fernando De la Rúa, Macri adopta recetas recesivas que gravan el consumo en tiempos de crisis, en ese entonces, aumento el impuesto a las ganacias disminuyendo el salario de bolsillo de trabajadores y jubilados. Además, recortó salarios y haberes jubilatorios en un 13%. A De la Rúa ya sabemos como le fue.
Mauricio quiere más plata. El problema es que subir impuestos ante la proximidad de una recesión no parece ser la mejor receta.
En un primer momento, Macri anunció la ampliación de la aplicación del Impuesto al Sello, gravando a los resúmenes de gastos con tarjeta de crédito (0,6 %), a la compraventa de autos usados (2 %) y a las pólizas de seguro de automotores, vida, retiro, robo o incendio (0,8 %).
En definitiva, dicha iniciativa encarecerá todo lo que uno consume haciendo realidad de esa manera la profecía de una próxima recesión. El impuestazo proyectado forma parte de una política recesiva, que afecta a la clase baja y media porteña, pero no toca a los sectores que tienen recaudaciones fabulosas. Además, el ministro Grindetti confirmó que el nuevo impuesto también se aplicará en la medicina prepaga.
El proyecto del PRO es un impuesto a la producción y al consumo, pese a que Macri ha dado marcha atrás con la extensión del impuesto al sello a las compras con tarjetas de crédito, ya que insistirán con los otros aumentos.
En relación a Ingresos Brutos la iniciativa enviada a la legislatura prevé los siguientes aumentos:La alícuota a la actividad bancaria que pasaría de 4 a 5%.La de la construcción con un aumento del 1,5 al 3%.Los hipermercados pasarían del 3 al 3,5%.
La de los contratos de alquileres treparía del 1,5 al 4,5%.
La de los alquileres con fines turísticos la tasa se cuadriplicaría ubicándose en 6%.
El único resultado de estas medidas es el encarecimiento de los servicios ya que el aumento impositivo repercutirá sobre los consumidores y los inquilinos.
Mientras el Gobierno Nacional sigue desarrollando medidas a fin de alentar la economía, Macri sólo pone trabas y pretende llevar a cabo medidas que desalientan el consumo. Todo sea por la caja.
Macri es insaciable, sólo quiere más plata. Pero eso ya lo sabíamos.


Publicado el 27 de Noviembre de 2008 por Didí en Ciudad de la Furia.

lunes, 1 de diciembre de 2008

RECLAMO DE DEUDAS QUE PUEDEN NO PAGARSE.


Muchas empresas de servicios públicos o de servicios financieros remiten a los usuarios cartas como la que agregamos al presente. Lo que queremos destacar es que se tratan en su mayoría de reclamos de deudas prescriptas. Las deudas –según el tipo de deuda que sea el plazo que corresponde- tienen un determinado plazo en las que pueden ser exigibles vía judicial. Vencido ese plazo pueden ser exigidas judicialmente pero el deudor puede interponer esta excepción (la de prescripción) y con ello dará por extinguida la deuda. La extinción se produce sólo si la parte deudora alega su existencia.

Llama la atención este tipo de reclamaciones de Telefónica de Argentina SA pues en muchos casos reclama deudas prescriptas y que a su vez nunca fueron informadas en las facturaciones mensuales. El art. 30 bis de la ley de defensa del consumidor (ley 24240 modificada por la ley 26361) obliga a las prestatarias de servicios públicos de consignar en las facturaciones si existen o no deudas pendientes de pagos.

(ARTICULO 30 bis. — Las constancias que las empresas prestatarias de servicios públicos, entreguen a sus usuarios para el cobro de los servicios prestados, deberán expresar si existen períodos u otras deudas pendientes, en su caso fechas, concepto e intereses si correspondiera, todo ello escrito en forma clara y con caracteres destacados. En caso que no existan deudas pendientes se expresará: "no existen deudas pendientes".
La falta de esta manifestación hace presumir que el usuario se encuentra al día con sus pagos y que no mantiene deudas con la prestataria.
En caso que existan deudas y a los efectos del pago, los conceptos reclamados deben facturarse por documento separado, con el detalle consignado en este artículo.)
Estas supuestas deudas generalmente van incrementadas notablemente por intereses que no consignan ni es posible controlar.
Estemos despiertos, no accedamos a negociaciones, ni accedamos a realizar pagos parciales, ni accedamos a refinanciar deudas cuando las mismas estén prescriptas. Frente a situaciones como estas se deberá consultar.