miércoles, 21 de mayo de 2014

CUANDO COMUNICARSE ES UNA ODISEA

PÁGINA 12 - LUNES 19 DE MAYO DE 2014

TEMAS DE DEBATE: EL MERCADO DE LA TELEFONIA CELULAR EN LA ARGENTINA

Cuando comunicarse es una odisea

El anuncio sobre la licitación de espectro para telefonía móvil volvió a poner en agenda el mal servicio que brindan las compañías del sector. Cuáles son los principales reclamos de los consumidores y cómo podrían resolverse.

Mala calidad del servicio

Por Claudio Daniel Boada *

Desde hace años, las asociaciones de consumidores solicitamos que la telefonía móvil sea un servicio público, que se dicte un marco regulatorio por ley, con una clara reglamentación sobre la fijación de tarifas –entre otras cuestiones–, mientras las empresas siempre sostuvieron la necesidad de que sea una actividad totalmente desregulada.
El gobierno nacional avanzó en estos últimos años en regulaciones parciales (la mayoría por propia iniciativa, salvo un par provocados por sentencias previas obtenidas por asociaciones de consumidores). Podemos mencionar la aplicación de la portabilidad numérica, el anuncio de la aparición de Arsat en el mercado de telefonía móvil, la aplicación del daño directo frente al colapso de las proveedoras del servicio, la determinación de que sólo se permite tarifar desde la conexión efectiva de la llamada, la Reglamentación sobre Indicadores de calidad (en proceso de implementación), la obligación de fraccionar las llamadas por segundos y el llamado a un proceso de elaboración participativa de un nuevo reglamento del usuario. A esto podemos agregar las claras manifestaciones del ministro como del secretario del área sobre la falta de inversiones, la mala calidad de los servicios y las altas tarifas, que detuvieron varios aumentos.
A pesar de estos avances parciales, la calidad del servicio no ha mejorado en este tiempo. Es deficiente y lo sabemos muy bien todos los usuarios. Desde hace muchos años, entre los primeros en cantidad de reclamos encontramos los servicios de celulares. En todas las asociaciones de consumidores, organismos nacionales y provinciales de Defensa del Consumidor, OMIC (Oficinas Municipales de Información del Consumidor) diseminadas por todo el territorio nacional, es uno de los mayores reclamos que se reciben a diario. La mala calidad se mantiene inalterable desde hace muchos años.
La variedad de reclamos por la mala calidad de servicios es impresionante: falta de señal, falta de cobertura de 3G, llamadas de voz que se cortan, SMS que llegan después de horas, errores de facturación, venta de equipos deficientes, venta de equipos con mayores prestaciones a las que puede brindar la red, ventas de equipos de 4G no existiendo al presente antenas para que puedan operar, recepción de mensajes publicitarios no solicitados, recepción de llamadas en horas de la noche o los fines de semana para realizar promociones, servicios no solicitados que luego se facturan, facturación errónea de los servicios de roaming, falta de información adecuada, imposibilidad de control de los propios consumos, facturación de consumos no realizados, forma irregular de acreditar los saldos por carga virtual o con tarjeta, sobreprecio en la carga virtual o con tarjeta, vencimiento de los saldos a favor por el no uso de ellos, precios de los servicios prepagos (con tarjeta) mayores a los precios para servicios pospagos (con factura) y muchísimos más.
Y no sólo nos encontramos con este bloque de deficiencias del servicio, casi inconmovibles, sino que nos encontramos con grandes dificultades cuando nos proponemos reclamar por dichas dificultades. Existe una muy mala gestión de reclamos por parte de las empresas de celulares. Los servicios que brindan a través de la atención directa en las sucursales, mediante comunicación directa al servicio técnico o por medio de la web, no llegan a cubrir las necesidades provenientes de las cantidades de reclamos. Esto genera una gran cantidad que no puede ser atendida o cuyas soluciones son ofrecidas en plazos no razonables pensando en el servicio que vendieron. La inmediatez (tanto en el tiempo de resolución como en la distancia respecto de donde trabaja, estudia o vive el usuario) de las soluciones son una clave del servicio de los celulares.
Estamos convencidos de que las empresas han priorizado la venta de servicios, sin haber realizado las consiguientes inversiones previas indispensables para sostener el servicio vendido. Claramente, el servicio es deficitario –en calidad– por la falta de inversiones. Estas no llegan a los porcentuales de ingresos que internacionalmente se consideran indispensables para mantener la calidad brindada, mucho menos para mejorar la calidad. Las empresas no han entendido las señales que desde el gobierno nacional y desde la sociedad civil (asociaciones de consumidores, entre otros) se los han realizado. Llega el tiempo de nuevos tiempos respecto de este servicio.
* Abogado. Director de la Unión de Usuarios y Consumidores.

La regulación es clave

Por Lucía Giambroni *

El servicio de telefonía móvil ha ampliado enormemente su cantidad de usuarios en los últimos años, pero ese desarrollo no fue acompañado por una mejora en la calidad del servicio. Diversos estudios arrojan que entre 2011 y 2013, el 75 por ciento de los usuarios en el país cambió su celular y que el 89 por ciento lo hizo para acceder a un plan de datos que le permitiera estar online en forma permanente. Sin embargo, las inversiones de las compañías para optimizar la utilización del espectro radioeléctrico, del que disponen por concesión, casi no se han incrementado durante los últimos 14 años.
En 1997, el ex presidente Menem vendió el espacio radioeléctrico a la compañía francesa Thales, convirtiendo a la Argentina en uno de los pocos países en entregar esa actividad a una empresa privada. Desde 2004, esa gestión se encuentra en manos estatales, y la utilización del espectro viene siendo concesionada a diversas compañías que lo utilizan y se encargan de la provisión del servicio. La nueva licitación habilita dos bandas de servicios 4G y los 37,5 Mhz para 3G que liberó Telefónica luego de la creación de Movistar, en 2005.
De acuerdo con estimaciones del sector en base a antecedentes internacionales, la cifra recaudada podría llegar a los 3 mil millones de dólares. Pero, además, la concesión establece una oportunidad para aumentar el control estatal sobre las compañías, en un mercado altamente concentrado como es el de las telecomunicaciones. Al respecto, un documento de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia refleja que está repartido entre apenas cuatro empresas: Telefónica-Movistar (47 por ciento), Telecom-Personal (26), Claro (18) y Nextel (9 por ciento).
El foco de las contraprestaciones que conlleva la concesión debe estar puesto sobre las inversiones. En la última década, la cantidad de líneas activas pasaron de 4,5 a 45 millones. Esto es una tendencia mundial, pero en nuestro país el consumo que más se incrementó fue el de equipos y servicios de alta gama, lo cual también ratifica las mejoras de las capacidades adquisitivas en todos los tramos de ingresos. El Estado, a través ya no únicamente de políticas destinadas a los sectores más vulnerables en forma de asignaciones directas sino en el mejoramiento de toda la estructura socioeconómica –promoción industrial con generación de empleo, fortalecimiento del mercado interno a través de salario indirecto, etc.—, ha garantizado un mercado que propicia las ganancias empresarias y que es capaz de absorber los productos que se comercializan.
Por eso, la concesión del nuevo espectro debe implicar fuertes compromisos de inversión y de supervisión. Las compañías hasta ahora responsabilizaron al Estado por la baja calidad del servicio, omitiendo su responsabilidad en la distribución, tal como se establece desde la concesión del espacio radioeléctrico. La inversión en nuevas antenas de cobertura y radiobases ha sido muy baja: en nuestro país, una antena es responsable de la conexión de 4092 líneas, mientras que la media internacional es de 348 líneas por antena (San Pablo 1947; Santiago de Chile 865). Hoy, las cuatro compañías líderes comparten un promedio de reinversión en función de ganancia de menos del 10 por ciento, mientras que la media mundial es de 25 por ciento. Las compañías citadas, como sabemos, son multinacionales con filiales en todo el mundo, aunque en la región ostentan ganancias extraordinarias en función de su condición oligopólica, que incide en el nivel de tarifas. El precio general en América latina es significativamente mayor con respecto a los países de la OCDE y a naciones de mercados emergentes. De acuerdo con un estudio del Dirsi (Diálogo Regional sobre Sociedad de la Información) en la muestra ampliada de 62 países, 8 de los 10 mercados de mayores tarifas (en dólares) se encuentran en América latina. El promedio del costo de la canasta de bajo volumen en la región prácticamente duplica el nivel promedio de precios de la OCDE, y triplica el nivel de tarifas de los mercados del sur asiático. Esto significa que el usuario en América latina debe, en promedio, realizar un esfuerzo tres veces mayor a su par del sur asiático para adquirir la misma canasta de servicios de telefonía móvil. Argentina está en el cuarto lugar de los países con tarifas más caras.
Las multinacionales telefónicas consolidaron sus posiciones en la región con los gobiernos neoliberales, y en función de eso pudieron actuar libremente para optimizar su rentabilidad, amparados por legislaciones permisivas. Si bien el contexto actual regulatorio es distinto, deconstruir e incidir en un mercado concentrado es muy difícil, por lo cual la concesión de este nuevo servicio, altamente codiciado por las compañías, debe ser una herramienta más para profundizar las regulaciones.
* Economista integrante del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).

martes, 20 de mayo de 2014

¿QUIENES SON LOS DESESPERADOS QUE ESPERAN EL MUNDIAL?



¿Quiénes son los  desesperados que esperan el Mundial?
¿Los consumidores o los que venden televisores?


Cuando analizamos el porqué de la publicidad, hay  -por lo menos- dos lugares muy distintos desde donde pararse.  Uno -desde el anunciante- quien trata de cautivar y recrear esa búsqueda de cautivar-capturar constantemente. Otro –desde el consumidor y usuario- quienes necesitamos obtener la información necesaria para romper la asimetría de  conocimiento del producto o servicio que hay entre proveedores y nosotros. Muchas veces desde las asociaciones de consumidores reiteramos “mucha publicidad pero muy poca información”.

En medio de esto, encontramos mensajes que tratamos de “decodificar” para comprender los contenidos de las publicidades y los consiguientes comportamientos esperados en nosotros.

En el caso de las fotos que agregamos -publicidad de Frávega- tratan de transmitir sobre nosotros lo que ellos desean. Manifiestan  “cuatro años esperando este momento”. Transmiten sobre nosotros toda su ansiedad sobre el mundial, su deseo de vender alocadamente. No somos nosotros los locos por comprar una TV ….  Tal vez , sí por un título mundial. Son ellos quienes esperaron cuatro años un boom de ventas.

(Publicidades de Frávega sobretapa de El Argentino del 28 de abril de 2014, jugando con la tipografía habitual del diario y convirtiendo parte de la publicidad en noticia  y la publicada a página completa en La Nación del 26 de abril de 2014).






martes, 13 de mayo de 2014

EL PRECIO DE LOS POLLOS EN LA CAPITAL NACIONAL DE LA AVICULTURA


Estuvimos en Crespo (Entre Ríos) localidad que se encuentra a pocos kilómetros de la capital provincial. Es una zona de localidades pequeñas –para aquellos que vivimos en Buenos Aires-  y varias aldeas. Este lugar, con fuerte inmigración de alemanes del Volga, es la llamada “Capital Nacional de la Avicultura” . Encontramos los conocidos (en la zona) Pirok, comida típica.


En el supermercado  (LAR La Agrícola Regional, destacada cooperativa) una variedad de marcas que no se encuentran en Buenos Aires.

Pero lo más llamativo de la Capital Nacional de la Avicultura, es el precio de los pollos, que son más altos que en Buenos Aires. Si el precio fuera idéntico, nos llamaría la atención, ya que no tienen fletes. Pero en realidad son más caros. Todo un enigma  si pensamos en una lógica alrededor de los menores costos que tiene proveer de pollos en la misma zona de producción.  Todo  un pronunciamiento si pensamos en la lógica del mercado.
Comparación de precios
Crespo y Ciudad de Buenos Aires
Precios en Crespo Entre Ríos
Entero
Santa Isabel 19,98
Optimo 22,80
Caliza 25,30
Pata y Muslo 30,00
Precios en Buenos Aires
Entero
Cresta Roja 19,00
sin marca 23,90
Pata y Muslo 36,90
Pollo Entero
Más barato
Bs As
Cresta Roja 19,00
Crespo
Santa Isabel 19,98
Crespo es más caro
Porcentaje 5,16



miércoles, 7 de mayo de 2014

LAS IMÁGENES PUBLICADAS SON MERAMENTE ILUSTRATIVAS.


Contraviniendo la ley de defensa del consumidor, vemos en reiteradas publicidades el uso de frases como “Las imágenes publicadas son meramente ilustrativas” o como consignan otras publicidades –con menor frecuencia- “foto o imágenes no contractuales”.

Y esto contraviene a la ley de defensa del consumidor (ley 24.240) porque la misma dispone en su art. 8º primera parte, titulando “Efectos de la Publicidad” que “Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el contrato con el consumidor.” Por ello toda mención gráfica -escrita o por imágenes- forma parte de la oferta y se entiende incluida en el contrato.

Ya hace muchos años, denunciamos un incumplimiento de una fábrica de calzado deportivo, porque las zapatillas no aguantaron en trajín de una práctica deportiva intensa, y los fabricantes manifestaban que las mismas estaban preparadas solo para caminar. Contrariamente a ello, la caja de las mismas  decía (en ingles) que el proceso de fabricación era la “tecnología puesta a disposición del deporte de alto rendimiento” contraviniendo en su publicidad y/o packaging lo que ellos manifestaban sobre el destino del producto. En base a esta mención, la empresa reconoció en la audiencia de conciliación, que eran responsables y resarcieron al consumidor.

Lo llamativo de esta situación es que –a pesar de la cantidad de denuncias presentadas- las empresas no corrigen su desleal comportamiento y utilizan la frase sin tener en cuenta lo que comercializan.



En las fotos que agregamos al presente vemos que la empresa comercializa seguro automotor, por lo que la frase carece totalmente de sentido (no hay producto que se compra y cuya imagen publicada pudiera comprometer al cumplimiento por el oferente, ya que se compra un servicio). Los publicitarios –a los efectos de restringir la responsabilidad- la consignan sin analizar que estamos ante un servicio y no ante un producto. Es como si el ilegal cartel –tan habitual- de “habiendo escaleras a disposición, el consorcio no se responsabiliza por los accidentes que ocurran en el uso del ascensor” se colocara en edificios que sólo tiene escaleras.